jueves, 21 de enero de 2010

EL OCASO DEL SAMURÁI (Tasogare Seibei), Yôji Yamada, 2002.

by manhattan71

Después de ver Tasogare Seibei, de lamer mis heridas y reponerme de la desazón, me voy de cabeza al diccionario. Un concepto me da vueltas y me marea. Lo he usado antes, en otros contextos, pero quiero que el DRAE lo sitúe en el mismo centro de la historia del samurái Seibei. Necesito encontrar su sentido exacto en el filme. Contención: Acción y efecto de contener. Sujetar el movimiento de un cuerpo. Por ejemplo, nos dice, un muro de contención. Lo tengo. Ahora no me quedan dudas. Contención es, por extensión (así lo quiero yo), sujetar el movimiento desenfrenado de música, escenografía, diálogos, actitud sobredotada en el cine. Caos. Artificio. Y por este motivo puedo afirmar que El ocaso del Samurái es contención. Lo es en las formas. Lo es en el fondo. En la luz y en los sentimientos de los personajes, en su expresion y su relacion con el mundo. Es contención que nos sosiega, es el freno en el sentir vacuo y superficial. Es contención en la banda sonora que aparece y desaparece furtiva. En una historia sólida, compacta, sencilla. Hay contención en momentos únicos de una extraordinaria belleza que llega sólo a través de esa sencillez, su mayor virtud.
No hay nada exótico en Tasogare Seibei, ni su tratamiento ni en lo que representa. Es incluso muy occidental pese a estar en las antípodas de nuestro cine, de nuestra sensibilidad, porque retrata mucho mejor lo que somos, mejor incluso que nosotros mismos. Lo que es el hombre, lo que añora, lo que desea. Tasogare Seibei es el misterio de nuestro mundo: the unsaid words, lo que no se dice. Es un duelo a muerte, el más intrigante y emotivo que he visto. Es una historia de amor contenido. Es contención, y sin embargo, todo está ahí, parece que no aflora, quizás se piense que los personajes no respiran, no sienten porque no expresan, porque todo fluye hacia adentro, todo contenido en un recipiente menor. Y sin embargo...

Contención.
Contención en las lágrimas de ella.
Lágrimas que yo no pude contener.

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